Como el AstroPlant de reemplazo que tenemos sigue trabajando igual que el primero que registramos, tampoco tenemos mucha más información. Así que, a cambio, hablaremos sobre las investigaciones que se han tenido que llevar a cabo para poder realizar los primeros experimentos con materia vegetal en el espacio, en concreto las semillas.
Hemos hablado sobre la historia de las plantas en el espacio y sobre el hecho de que es solo un par de décadas más corta que la historia de los humanos en el espacio. Sin embargo, si tenemos en cuenta a las semillas, las plantas realmente llegaron al espacio antes que nosotros.
En julio de 1946, 15 años antes de que Yuri Gagarin se convirtiera en el primer ser humano en ir al espacio. Harvard y el Laboratorio de Investigación Naval de EE. UU. trabajaron juntos para lanzar una serie de cohetes V-2 al espacio que transportaban semillas. El objetivo era estudiar el efecto de la radiación espacial en el tejido vivo, aunque nunca se pudieron recuperaron los dos primeros lotes de semillas.
El resto de los lotes, con las semillas de maíz se recuperaron y se trajeron de vuelta a la Tierra el 30 de julio de 1946 y se enviaron a Harvard para su estudio. Esta fue, además nuestra primera garantía de que un ser vivo podría ir al espacio y seguir vivo al volver. Al año siguiente, el 20 de febrero de 1947, se lanzó otro V-2, que transportaba a los primeros seres vivos enviados al espacio: las moscas de la fruta. Las moscas regresaron vivas y aparentemente ilesas ante la radiación.
Moon Trees: semillas de árboles en órbita lunar
En 1971 se realizó otro experimento con semillas. La misión Apolo 14 de la NASA fue el tercer alunizaje tripulado, transportando a Alan Shepard y Edgar Mitchell, dos de las doce personas que, hasta la fecha han caminado sobre la luna. Aunque ahora estamos muy interesados en Stuart Roosa, quien permaneció en órbita alrededor de la luna sin aterrizar.
Roosa trabajaba como bombero en el Servicio Forestal de los Estados Unidos en la década de 1950. En colaboración con el Servicio Forestal, en el Apolo 14, Roosa llevó al espacio unas 500 semillas. Estuvieron orbitaron la luna durante 66 horas y 35 minutos.
Después de la vuelta a la Tierra, el Servicio Forestal germinó muchas de las semillas espaciales y las comparó con plantas de estas cinco especies: sicómoro, abeto de Douglas, pino loblolly, liquidámbar americano y secoya. Las semillas parecían no haber sufrido efectos nocivos, afortunadamente, y hasta el día de hoy no hay una diferencia aparente entre una secoya cultivada en la Tierra y una que, en forma de semilla viajó alrededor de la luna.
En 1975 y 1976, para celebrar los 200 años de la independencia estadounidense, el Servicio Forestal regaló varios de estos árboles a Estados Unidos para poder plantarlos. Algunos incluso llegaron a otros países, como Brasil, Suiza y Japón.
Varios de estos ‘árboles lunares’ todavía siguen vivos e incluso se pueden ir a visitar. La NASA tiene una lista de estos árboles lunares y el experimento un poco más en detalle (en inglés), aquí.
Cómo las semillas hacen frente a la exposición prolongada a la radiación
The Conversation tiene un artículo muy interesante (en inglés) sobre algunos experimentos más recientes con semillas en el espacio, realizados en la Estación Espacial Internacional en el siglo XXI.
Las semillas con las que experimentaron fueron tabaco, Arabidopsis y gloria de la mañana. Se colocaron grupos de semillas que fueron expuestas a varios niveles de radiación, entre 18 meses y dos años. Y cuando volvían la Tierra, las probaron para ver si germinaban.
Las semillas que se mantuvieron dentro de la ISS durante varias semanas, incluso años, protegidas de la radiación, se desarrollaron bien y la mayoría germinaron cuando se probaron en la Tierra. Las semillas que se habían almacenado en el exterior de la estación espacial, expuestas a la radiación ultravioleta solar, eran casi todas incapaces de desarrollarse; solo el 3% de ellas germinaron, y las que germinaron al volver no sobrevivieron.
Como demuestran estos experimentos, todavía hay muchos problemas que hay que solucionar si queremos cultivar plantas en el espacio. El proyecto AstroPlant puede ayudarte a responder algunas preguntas: ¿Cuáles son las mejores condiciones para cultivar ciertas plantas sin las condiciones normales de la Tierra? ¿Cuál sería el nivel de humedad ideal, la temperatura adecuada o el equilibrio correcto de luz? Sin embargo, hay otros problemas, como la radiación solar, que son más complicados de tratar en la Tierra y deberán tratarse a través de diferentes proyectos de investigación.
El tema de la astrobotánica es un tema realmente interesante, y estamos muy agradecidos de poder ayudar en proyectos como estos.
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Para obtener más información sobre el cultivo de plantas en el espacio, puedes visitar nuestra página de AstroPlant.