Cultivar plantas en el espacio es un beneficio para la salud de los astronautas: pueden alimentarse con frutas, cereales y verduras. Pero aparte de no tener suficiente para comer, hay otros problemas de salud en el espacio.
El espacio no es un entorno diseñado para el cuerpo humano, y los astronautas, por cada misión pasan mucho tiempo allí. Las farmacias están en la Tierra, y por eso, es muy importante abastecerse de cualquier medicamento que pueda ser necesario.
A menos que esos medicamentos se reabastezcan cada poco tiempo, en ocasiones se agotarán. Incluso si sus suministros son amplios, a veces pueden no ser suficiente; Se ha descubierto que la efectividad de las drogas disminuye más rápidamente en el espacio que en la Tierra.
Sin embargo, si pudiéramos cultivar medicamentos en el espacio, los astronautas podrían permanecer abastecidos indefinidamente.
Este es un tema que ha aparecido recientemente en las noticias debido a la investigación sobre uno de los grandes obstáculos para los vuelos largos espaciales: la pérdida de masa ósea en los astronautas.
Pérdida de masa ósea en el espacio
A bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS), los astronautas hacen ejercicio durante unas dos horas al día para luchar contra los problemas de salud causados por la baja gravedad. Uno de estos problemas es la osteopenia: pérdida de masa ósea.
Sin la presión que la gravedad ejerce sobre los huesos, el cuerpo tiene menos incentivos para reforzarlos. Se ha observado que los astronautas pierden alrededor del 1 al 2% de su densidad ósea cada mes en la ISS: una tasa de pérdida unas diez veces mayor que la osteoporosis. Es decir, en un mes, los astronautas pierden casi tanta masa ósea como un paciente con osteoporosis puede perder en un año.
Cuando los astronautas vuelven a la Tierra con los huesos tan debilitados, que corren el peligro de que puedan romperse algún hueso. La ESA ha escrito sobre la importancia que tiene la pérdida de masa ósea en los astronautas:
En microgravedad, los huesos que soportan peso se ven particularmente afectados y se han registrado disminuciones de masa ósea de hasta un 20% después de una misión de seis meses. Los astronautas que regresan de vuelos espaciales de larga duración corren el riesgo de fracturarse y, en consecuencia, son objeto de atención y cuidados específicos.
La mayoría de las misiones de la ISS duran unos seis meses, se puede llegar a la luna y volver, en aproximadamente una semana. Sin embargo, si los viajes son más largos, los astronautas deberán tener que soportar los problemas de salud en el espacio durante mucho más tiempo.
El rover Perseverance de la NASA tardó unos seis meses y medio en llegar a Marte después de su lanzamiento en 2020. Si lanzamos una nave tripulada, tardaría más de un año en llegar a Marte y volver.
Estimemos que la tripulación de una nave espacial podría pasar alrededor de un año y medio en el espacio en una misión a Marte, serían: unos trece meses de viaje y cinco meses en Marte. Esta estimación conservadora es tres veces más larga que la misión promedio de la ISS, y ya sabemos que se han visto disminuciones de masa ósea de hasta un 20% después de solo seis meses en el espacio. ¿Cómo podemos prevenimos niveles peligrosos de pérdida ósea en estas misiones más largas?
Lechuga espacial para combatir la pérdida de masa ósea
Investigadores de la Universidad de California, Davis, han estado abordando este problema. Han desarrollado un tipo de lechuga que contiene PTH, una hormona que estimula el crecimiento óseo, con la esperanza de que al comer esta lechuga ayude a contrarrestar la pérdida de masa ósea causada por entornos de baja gravedad.
Si este tipo de lechuga resulta útil para los astronautas, es muy posible que sea posible cultivarla en el espacio; después de todo, ya se han cultivado otras variedades de lechuga en la ISS. De hecho, el hecho de que la lechuga como producto, ya se hubiera cultivado en el espacio fue parte de la razón por la que los investigadores eligieron modificar la lechuga específicamente.
Todavía hay muchas más investigaciones que hacer antes de que los astronautas comiencen a comer ensalada recetada médicamente. Los investigadores quieren asegurarse de que la lechuga esté preparada para el consumo humano y que mantenga sus niveles de PTH. Es un proyecto muy interesante, con el potencial de tratar un obstáculo real para los vuelos espaciales largos, además de que también podría ayudar a evitar la osteoporosis aquí en la Tierra.
Si quieres saber más, Karen McDonald y Kevin Yates, dos de los investigadores que ayudaron a desarrollar este tipo de lechuga, hablaron sobre este proyecto en este video de la American Chemical Society.
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Para obtener más información sobre el cultivo de plantas en el espacio, puedes visitar nuestra página de AstroPlant.